Idas y venidas, Martinica
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Esta obra, representa los viajes que las mujeres de la isla hacían desde los campos de frutales al mercado con pesadas banastas llenas de guayabas, mangos y cocos, en equilibrio sobre sus cabezas.
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En el verde oscuro del árbol destacan toques de bermellón que nos hacen intuir las frutas que maduraban en los árboles.
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La pincelada es apretada y oblicua, muy parecida a la de Cézanne, estructurando las formas y haciendo vibrar, con su textura, a la superficie pictórica.
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Unos hombres con cabritos, corderos y gallinas, descansan a la orilla del camino.
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