Museo Thyssen-Bornemisza. Se abre en una nueva ventana
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Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Lleva a la página principal

Paseo del Prado, 8 - 28014 Madrid - España

  Carmen Thyssen-Bornemisza    
 
Imagen Carmen Thyssen-Bornemisza  
 
 


Mi pasión por el coleccionismo se la debo a mi marido, el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. De niña tuve contacto con el mundo del arte por la afición que mi padre sentía hacia la pintura y que ejercía en sus ratos libres. Recuerdo el olor a óleo en su estudio, así como las frecuentes visitas con mi madre a los museos. Quizás, el tratar de comprender qué piensan y qué sienten los pintores cuando se sitúan delante de una tela, es lo que me ha llevado a mí misma a buscar la maravillosa sensación que se experimenta cuando se pinta. Mi hermano Guillermo y yo pintábamos juntos muchas veces.

No fue, sin embargo, hasta que conocí a Heini cuando supe lo que implicaba ser coleccionista. Todavía guardo en mi recuerdo la primera vez que visité la pinacoteca de Villa Favorita junto a él, y los años visitando museos, galerías de arte, estudios de artistas y también exposiciones temporales de nuestra Colección prestadas a diferentes países del mundo.

En el siglo xviii, los viajeros que visitaban Venecia, se llevaban consigo vedute de la ciudad de los canales, admirados por su belleza. Ese poder del arte de trasladarnos a otros lugares y épocas a través de los ojos del artista, siempre me ha cautivado. Tal vez por eso, las vistas y paisajes ocupan un lugar muy relevante en mi colección. Creo que la pintura es, sobre todo, una forma de llevarnos a otra realidad. Desde que comencé a adquirir obras de arte, siempre he sentido que el arte no es para uno solo y que debe ser compartido; esto es lo que he querido trasmitir a mi hijo Borja. Por ello estoy muy agradecida al Museo Thyssen-Bornemisza, así como al Estado español.