El juego de contraluz en el rostro de la modelo está muy logrado a base de manchas amplias de color que nos hacen intuir el rostro sin describirlo.
La pose de abandono de la modelo tras una dura jornada posando hace ver el interés por representar momentos anecdóticos. En esa época al estudio de Manguin acudían Matisse y Marquet, que no tenían uno propio, para poder pintar con modelo.
En el estudio de Manguin aparecen colgadas de las paredes obras de arte. Muchas serían suyas, pero algunas eran compradas a amigos y conocidos.
En el cartapacio abierto que aparece en el suelo se puede ver una obra. Parece un apunte sobre papel que recuerda el estilo de Matisse.