CONSTABLE, John (East Bergholt, 1776 - Hampstead, 1837)
1795 conoció al mecenas y también pintor Sir George Beaumont, amante de la pintura de Claudio de Lorena. Un año más tarde trabó amistad con el anticuario Thomas Smith, quien le introdujo en el conocimiento de los pintores holandeses y al concepto de paisaje pintoresco. Tras obtener el consentimiento familiar para estudiar arte en Londres, Constable ingresó en 1799 en la Royal Academy School, como aprendiz. En 1802 expuso sus primeros cuadros sin éxito.
Durante la primera década del siglo xix Constable realizó muchos dibujos y apuntes, y copió obras de Claudio de Lorena, Ruisdael, Rembrandt y Gainsborough. Su técnica fue madurando hasta alcanzar su propio estilo vibrante y naturalista, que pondría en práctica en El valle de Dedham, mañana (1811), su primera gran obra paisajística.
Tras la muerte de su padre en 1816, Constable heredó una importante suma de dinero, lo que le permitió contraer matrimonio con Maria Bicknell. Ambos se instalaron en Londres. Constable no rompió los lazos con su paisaje natal. Sus «six-footers» (1817-1825), cuadros de gran tamaño con los que intentó llamar la atención de la crítica, fueron realizados en Londres y Hampstead a partir de bocetos tomados en el valle del Stour. La exhibición publica de El caballo blanco (1819) le valdría su inclusión en la Royal Academy como miembro asociado.
En 1819 Constable alquiló una casa de verano en Hampstead. En el nuevo entorno, llevó a cabo una obra abierta a la experimentación plástica en la que destacan sus estudios de nubes y efectos atmosféricos. En público, Constable siguió mostrando sus grandes composiciones. El carro de heno (1821), expuesto inicialmente en la Royal Academy, fue premiado con una medalla de oro en el Salon de París de 1824, donde causó una fuerte impresión en pintores como Théodore Géricault y Eugène Delacroix.
Ante el empeoramiento de la salud de Maria, ésta hubo de trasladarse a Brighton en 1824. Constable siguió trabajando en Londres y Hampstead, con frecuentes visitas a Brighton, donde realizó marinas de gran luminosidad. También visitó Salisbury para pintar los entornos de la catedral por encargo del obispo Fisher. Sus últimos «six-footers», La esclusa (1824) y Un caballo saltando (1825), muestran una mayor concentración pictórica y una técnica más abocetada.
La muerte por tuberculosis de Maria, ocurrida en 1828, supuso un fuerte golpe emocional para Constable, del que no lograría aliviarle su nombramiento como académico de pleno derecho en 1829. Aislado, sumido en fuertes cambios de ánimo e incapaz de comprender una sociedad en rápida modernización, Constable realizó obras más expresivas en el tratamiento de la luz y del empaste, y en las que aparece un elemento nuevo: el arco iris. En los últimos años de su vida Constable impartió charlas y escribió el ensayo El paisaje inglés, ilustrado con grabados de sus obras, y publicado póstumamente.
John Constable murió en su casa de Hampstead el 31 de marzo de 1837.
Juan Á. López-Manzanares
<< volver