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Obras
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Maestros antiguos. Profesores. Obras 9.
Peter Paul Rubens

Venus y Cupido, 1606-1612

Óleo sobre lienzo 137 x 111 cm.

Sala 19

Rubens (1577-1640) es uno de los pintores flamencos más importantes del Barroco del Norte de Europa. Sus primeros maestros en Amberes fueron artistas de segunda fila, uno de estos profesores le animó a realizar el viaje a Italia. En 1598 aparece inscrito en el gremio de pintores de Amberes y en 1600 emprende el viaje a Italia donde residirá hasta 1608.

En Italia trabajó para Vicenzo Gonzaga, duque de Mantua y en 1603 1604 viajó a España llevando a Felipe III obras regaladas por el duque de Mantua. Su vuelta a Amberes fue definitiva, el éxito de sus obras hizo que le nombraran pintor de corte del Archiduque Alberto y de la infanta Isabel, virreyes de España en los Países Bajos. Rubens realizó encargos para otras cortes europeas y Felipe IV le encargó toda una serie mitológica para decorar el pabellón de caza de la Torre de la Parada.

Rubens, durante su estancia en Italia y en España, estudió y copió obras de diversas colecciones, de Tiziano había once copias en el inventario hecho a su muerte. Sabemos, a través de Pacheco, que Rubens, durante u segundo viaje a España (1628-1629), copió una Venus y Cupido de las colecciones reales. El cuadro en cuestión fue pintado por Tiziano para Felipe II. La obra que Rubens titula Venus y Cupido pudo ser copia de un Tiziano desaparecido, distinto al que se refiere Pacheco y que actualmente se conserva en la National Gallery de Washington. Respecto a la fecha de esta obra hay diferentes opiniones, algunos historiadores la sitúan entre 1610 y 1615 y otros la retrasan hasta 1620.

En este lienzo destaca la figura de Venus semidesnuda sobre un fondo oscuro, está mirándose en el espejo que sujeta Cupido y que refleja la parte del rostro de Venus que el espectador no ve. La luz es el elemento que define formas y volúmenes, el foco de luz situado en la zona derecha del lienzo hace que la figura de Venus destaque sobre el fondo y asuma un volumen.

En Rubens el amor por el color y su energía compositiva se deben en gran medida a la admiración que sentía por Tiziano, el mejor representante de la Escuela Veneciana.

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