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Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Lleva a la página principal

Paseo del Prado, 8 - 28014 Madrid - España

  La Colección    
 
 Puesta de sol en Yosemite  
Ficha de la obra Biografía Ampliar Zoom Audio (no disponible)

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BIERSTADT, Albert (Solingen, 1830 - Nueva York, 1902)


Albert Bierstadt fue uno de los principales componentes de la Escuela del río Hudson. Provenía de una familia de emigrantes alemanes llegados a New Bedford, Massachusetts, cuando el artista contaba con dos años de edad. En 1853 partió de nuevo hacia Europa donde estudió en la Kunstakademie de Düsseldorf y realizó un viaje por Alemania, Suiza e Italia junto a otro pintor americano, Worthington Whittredge. A su regreso a los Estados Unidos, expuso dos obras pintadas en el Viejo Continente en la National Academy of Design, a través de las cuales se dio a conocer como un pintor ya plenamente formado.

En 1859 realizó su primer viaje hacia el oeste. Se unió a una expedición estatal de exploración de una nueva ruta hacia el Pacífico, a las órdenes del capitán Frederick W. Lander. Llegó hasta el oeste de Wyoming, realizó numerosos esbozos de las Montañas Rocosas y tomó fotografías estereoscópicas de los nativos. En 1859 abrió un estudio en Nueva York donde expuso sus primeras pinturas del oeste. Esos enormes lienzos, que evocaban el poder épico y espiritual de las Montañas Rocosas, le consagrarían como el pintor más importante del oeste americano. En 1863 salió en su segundo viaje exploratorio hacia el lejano Oeste con el escritor Fitz Hugh Ludlow, quien más tarde escribiría el relato de esta aventura en The Heart of the Continent. Visitó San Francisco, el valle de Yosemite y Oregón, parajes en los que tomó apuntes del natural de los que saldrían sus obras más espectaculares.

En 1865 se compró un terreno en Irvington, Nueva York, a orillas del río Hudson, donde se construyó una casa solariega que bautizó con el nombre de Malkaste, en memoria de un club de Düsseldorf adonde solía ir de joven.

En 1867 Bierstadt y su mujer, Rosalie Osborne, volvieron a Europa durante dos años. A su regreso viajaron a San Francisco en el recién estrenado ferrocarril y desde allí el pintor continuó sus exploraciones a tierras remotas. Volvió al valle de Yosemite, al Parque de Yellowstone en 1881, a los trópicos, así como a Alaska y a las Montañas Rocosas canadienses, en 1889.

El final de su carrera se vio ensombrecida por la caída en desgracia de su pintura. El gusto americano había cambiado en favor de la pintura impresionista y su obra era considerada excesivamente teatral y pasada de moda. Murió en el más completo de los olvidos.

Paloma Alarcó