En el centro de la composición aparecen dos elementos identificables: una caja y un candelabro con tres pies y tres brazos que no soportan velas.
El artista ha pintado un marco a la composición. Su idea era disolver los límites de la composición, hacer que los elementos del cuadro salieran hacia fuera de su propio dominio.
Los elementos de la composición se yuxtaponen como las facetas de un cristal, como las caras de un prisma. Cada una de estas caras están iluminadas de una manera diferente, como si cada una tuviera una fuente de luz propia.
La paleta es muy simple: negro, blanco, marrón, azul y verde. Aún siendo tan simple es muy amplia ya que de forma sutil abarca casi todo el espectro de una forma simplificada. De nuevo, en el color, aparece la idea de prisma.