Esta obra está realizada con la técnica del cloisonnisme con amplias zonas de color claro delimitadas con bordes que remarcan las formas.
La mujer que entra a comprar en la tienda de ultramarinos está vestida con la típica cofia y cuello de encaje de Pont-Aven. Su rostro está realizado a la manera puntillista, estilo que abandonó poco antes el artista.
La rueda de hierro forjado que aparece en el centro de la composición da cierto aspecto esotérico al cuadro. En realidad es una polea de la que parte una correa y seguramente era utilizada para subir y bajar mercancías a un almacén en el sótano.
En el espejo se refleja una gran lámpara de petróleo colgada del techo y la silueta de otra mujer.