PINTURA EUROPEA DE VISTAS DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX Y GABINETE DE PINTURA COLONIAL
BRUNIAS, Agostino ((¿) c. 1730 - Dominica, c. 1796)
Mercado de ropa, Santo Domingo
c. 1775
Óleo sobre lienzo, 49,6 x 64,8 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza
Este cuadro de Agostino Brunias, una obra relativamente grande e indudablemente ambiciosa, constituye un ejemplo excepcionalmente hermoso de las coloristas imágenes de la civilización y cultura caribeñas ejecutadas por el pintor etnógrafo. Mujeres de la isla de Santo Domingo de todas las condiciones, clases sociales y razas se reúnen en la concurrida plaza del mercado para comprar, ofrecer sus mercancías y cambiar impresiones. En este bullicioso reino del comercio predominantemente femenino, el único personaje masculino que aparece en escena es prácticamente el elegante caballero negro que viste el hermoso abrigo amarillo y conversa con la relevante señora tocada con un turbante, con abanico y sombrilla roja que aparece en el lado derecho. Siguiendo su habitual estilo analítico y descriptivo, Brunias distribuye sus figuras en una composición semejante a un friso en la que se esfuerza por ofrecer al espectador la máxima variedad de posturas en sus figuras —personajes sentados, de pie, inclinados—, así como una relación lo más exhaustiva posible de los tipos de sus cuerpos, apariencias y sobre todo de la diversidad de sus vestimentas. Incluso las mercancías (tal es el caso, por ejemplo, de las diferentes clases de ropas depositadas encima de la mesa visibles a media distancia, de las cestas de mimbre, de los cuencos llenos de frutas y de los plátanos verdes y amarillos que aparecen en el inmediato primer plano), han sido representadas pormenorizadamente con miras a recoger sus detalles más característicos. El arte de Brunias, que se sitúa en la mejor tradición de los artistas etnógrafos y escritores-espectadores, trata de desvelar el sentido específico de una cultura y pueblos que el artista siempre observa con detalle y minucia. Incluso la arquitectura que se ve en el fondo del lienzo es deliberadamente informativa, pues representa fidedignamente las diferentes formas de viviendas —casas elevadas que se alzan sobre apilamientos construidos encima de pivotes, casas bajas con tejados puntiagudos y grandes postigos que se abren verticalmente para preservar los artículos de los mercaderes de los feroces rayos solares—. Aunque los cuadros de Brunias anticipan sin proponérselo la encantadora ingenuidad típicamente decimonónica de Rousseau el aduanero, no cabe duda que observan una fidelidad y devoción que incluso hoy en día provoca nuestra admiración.
Peter C. Sutton
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