BOUCHER, François (París, 1703 - París, 1770)
François Boucher nació en París en 1703. Su primer maestro fue su padre, diseñador de bordados. Durante un breve período de tiempo fue alumno de Lemoine, y luego de Cars. En 1722, a la temprana edad de diecinueve años, ganó el primer premio de la Académie Royale de Peinture et de Sculpture por su Evilmerodach libera a Joaquín. Probablemente la maestría técnica de Boucher como grabador, que adquirió junto a Cars, le proporcionó su primer encargo, el que le hizo Monsieur de Julienne: una serie de estudios de Watteau. Boucher nunca abandonó el grabado e ilustró un buen número de libros a lo largo de su carrera artística. Desde 1727 hasta 1731 vivió en Italia, gracias a la generosidad de un coleccionista, probablemente el duque de Antin. Tras regresar a Francia, ejecuta El nacimiento y La muerte de Adonis, dos obras que alcanzaron gran éxito y de las que posteriormente se hicieron sucesivos grabados. En 1731, Boucher pintó La alquería y Descanso junto a la fuente, en los que representó la vida pastoral con fidelidad y profundo sentimiento, a pesar de tratarse de obras básicamente decorativas. Los interiores no aparecieron en su obra hasta el año siguiente, con El pintor de paisajes. En 1733 se casó con la joven y hermosa Marie-Jeanne Buseau, que
le serviría de inspiración y modelo y que, posteriormente, seguiría los pasos de su marido haciendo copias en miniatura de sus obras. Al año siguiente ingresó en la Academia como pintor de historia con Rinardo y Armida, obra en la que, según la tradición, incluyó su autorretrato y el retrato de su esposa. Después de esta obra inspirada en la literatura, Boucher acometió otro género: el retrato. Naturalmente, comenzó con el de su esposa. Luego pintó a Mme. Bergeret y por último a Mme. de Pompadour, sentada en su gabinete, con un libro entre las manos. Mme. de Pompadour llegaría a ser su más ilustre cliente, su fuente de inspiración y su leal protectora.
En 1735 Boucher recibió su primer encargo real, cuatro grisallas para la habitación de la reina en Versalles; la familia real seguiría requiriendo sus servicios durante el resto de su vida. En 1765 el rey lo nombró primer pintor de corte, decisión que fue muy criticada por Diderot, enemigo implacable del artista. Además de trabajar para el Bâtiment du Roi, Boucher pintó cartones para tapices, al principio para la Fábrica de Beauvais y posteriormente para la de Gobelinos. A partir de 1753 colaboró igualmente con la fábrica de porcelana de Sèvres, que adoptó preciosos modelos del repertorio galante y pastoral del artista. Entre tanto, gracias al conde de Tessin para el que Boucher había ilustrado un libro, la fama del pintor llegó hasta Suecia, desde donde se le encargó obra para las colecciones reales suecas. El incansable Boucher trabajó también para el teatro, pintando decorados para la Ópera.
Hasta el final de sus días Boucher trabajó con la misma facilidad en temas de todo tipo, alternando los religiosos o pastorales con paisajes y escenas de la vida en el campo o de la mitología. Murió el 30 de mayo de 1770.
Marilena Pasquali
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