PINTURA AMERICANA Y BRITÁNICA DEL SIGLO XX
BENTON, Thomas Hart (Neosho, 1889 - Kansas City, 1975)
De vuelta a casa
1934
Óleo sobre tabla, 43,2 x 53,3 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza
Al final de su dilatada carrera, Thomas Hart Benton, refiriendo su opinión y la de su esposa, Rita, aludió a un cuadro suyo, pintado en 1934, De vuelta a casa, como «uno de nuestros favoritos». Como querían que el mismo figurara en la importante monografía sobre su obra que por aquel entonces se estaba redactando, Benton puso gran empeño en localizar a la persona que había adquirido dicho cuadro en una subasta reciente. En la carta que dirigió al coleccionista en cuestión, se refería a las circunstancias en las que lo había pintado: «En 1928 viajaba en coche por una zona remota de las Smokey Mountains en Carolina del Norte con un compañero de estudios cuando vimos una carreta en la que iban dos chiquillos en la parte de atrás. Era imposible adelantarla, pues la carretera era muy estrecha, así que redujimos la marcha y seguimos detrás. Entonces hice un dibujo a lápiz. A partir de ese dibujo pinté el cuadro que usted tiene y posteriormente hice una litografía». La litografía a la que se refiere Benton se titula Goin’ Home y es de 1937 .
Benton también recuerda este viaje en sus dos autobiografías, identificando a su compañero y amigo como Bill Hayden, con el que hizo varios viajes: «Salimos de Nueva York en una furgoneta, con el equipo de acampada, y recorrimos las montañas del Sur, las plantaciones de algodón, arroz y azúcar del Sur profundo y las regiones ganaderas del Oeste y las Montañas Rocosas. Volví de esta excursión con un montón de dibujos…».
A principios de la década de 1930, Benton protagonizó algunos enfrentamientos dialécticos tanto con los partidarios de un realismo social como con los modernistas. Para él, la ciudad de Nueva York era un lugar cada vez más inhóspito por lo que acabó por declararse rotundamente antiurbano: «Las grandes ciudades se han quedado caducas. El ser humano ya no puede vivir en ellas». Para Benton, los viajes que hizo por las distintas regiones de Estados Unidos fueron una continua fuente de inspiración y le sugirieron obras como De vuelta a casa.
Benton representó el tema de la carreta en otros cuadros anteriores, como Recolección de algodón (Georgia) (1928-1929), Romance (1931-1932), La mañana y un saco de grano (c. 1933) y colocó una carreta en el centro de la composición de Camino solitario (1927). En una época de creciente urbanismo, con un tremendo incremento del automóvil y las carreteras, se puede interpretar la fascinación de Benton por este modo de transporte anticuado como una faceta de su romanticismo.
Gail Levin
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