RODIN
RODIN, Auguste (París, 1840 - Meudon, 1917)
El nacimiento de Venus (La Aurora)
1906-1907
Mármol, 90 x 70 x 45 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza
El nacimiento de Venus está formado por una ensambladura de dos figuras que existían previamente. La Esfinge de los años 1880, utilizada en diversas ocasiones por Rodin, aparece aquí inclinada hacia atrás y arrodillada delante de una figura femenina en la cual se reconoce un torso del que se sabe existen varios ejemplares en los depósitos del Musée Rodin en París. Completan el torso la cabeza y los brazos del Hombre de rodillas, que se utiliza también en el grupo de Fugit Amor. Aunque Rodin no duda en cambiar el sexo de la figura, es indudable que el carácter masculino del rostro de Venus puede sorprender al espectador.
Como ocurrió con Cristo y la Magdalena, Rodin ya había empezado a trabajar este mármol antes de que Thyssen aprobara el encargo. En enero del año 1909 la obra estaba terminada, y no cabe duda de que fue precisamente entonces cuando Bulloz tomó la sorprendente fotografía que representa una serie de pequeños «despojos» (pies y piernas) colocados delante del grupo que puede verse de espaldas y que se destaca sobre una tela tras la cual aparece una cabeza masculina, que quizá corresponda a uno de los obreros que desbasta el mármol (Musée Rodin, foto n.o 2509). El mármol se encontraba efectivamente en el taller de Rodin junto con la segunda versión de Cristo y la Magdalena y, como esta última obra, llamó la atención de Jean Morgan, quien, al describirlo en Le Gaulois el 21 de enero de 1909, insistió sobre la importancia que Rodin concedía a la luz: «El estudio de estas dos mujeres, una de las cuales está de rodillas, todavía, y ha sido representada en la materia bruta mientras que la obra eleva los brazos por encima de la cabeza con un movimiento poseído por la gracia infinita, sirve maravillosamente al maestro para expresar lo que quiere demostrar [...]: —Ve usted, la escultura no está hecha para ser colocada contra una pared a la manera de un bajorrelieve; hace falta que se pueda circular a su alrededor contemplando todos los aspectos; es preciso que una estatua se bañe en la luz, participe en la vida que la rodea. Soy consciente de que esto es una prueba peligrosa: sólo las obras que la superan satisfacen las exigencias de la belleza. Fijaos por ejemplo en un Tanagra, continúa siendo grande cualquiera que sea el lugar por el que se lo presente».
El nacimiento de Venus es la única de las esculturas de mármol de la colección Thyssen cuyo molde no posee el Musée Rodin.
Antoinette le Normand-Romain
<< volver