Bienvenido a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Pulse intro para la web accesible
FondoMenu
PRETI, Mattia (taller de) (Taverna, 1613 - La Valletta, 1699)

Según la biografía de De Dominici, Mattia Preti habría llegado a Roma procedente de su Calabria natal hacia 1630, en compañía de su hermano mayor, Gregorio, que también era pintor. En Roma, Mattia tuvo una gran influencia de la escuela caravaggiesca, por aquel entonces prácticamente extinta, produciendo en su época juvenil escenas de conciertos o de jugadores de cartas de notable parecido con las de Bartolomeo Manfredi (como las del Ayuntamiento de Alba, la Fondazione Longhi de Florencia, la Accademia Albertina de Turín, la Galleria Doria Pamphilj de Roma, etc.). Otras obras que se suelen considerar de la época juvenil del artista (sobre todo el Triunfo de Sileno, del Musée des Beaux-Arts de Tours) reflejan una fascinación ante la llamada escuela neoveneciana, muy activa en Roma precisamente en la década de 1630, a la que pertenecieron Poussin, Mola (artista de Ticino) y Testa (de Lucca). La obra pública más antigua ejecutada en Roma por Preti es el fresco de la Caridad de San Carlos de la iglesia de San Carlo ai Catinari de Roma, fechada en 1642, que evoca los planteamientos clásicos de Sacchi. Ese mismo año, gracias a la intervención de doña Olimpia Aldobrandini, a Preti se le concede el título de caballero de la orden gerosolimitana, y en 1650 pasará a formar parte de los virtuosos del panteón. Mucho más nebulosos resultan los detalles del decisivo decenio que se extiende entre estos dos honores, que De Dominici rellena con viajes a España y Flandes, donde pudiera ser que Preti hubiese conocido a Rubens (fallecido en 1642). Sin embargo, la crítica moderna suele circunscribir sus desplazamientos al norte de Italia, donde habría conocido la pintura emiliana (Ludovico Carracci, Domenichino, Lanfranco y, sobre todo, Guercino, aunque las obras de este último se podían ver y estudiar con facilidad en Roma) y veneciana (Veronés fue un auténtico ídolo para Preti). Entre 1650 y 1651, pintó los frescos de las Escenas de la vida de San Andrés para el ábside de Sant’Andrea della Valle (Roma), con un estilo figurativo claramente emiliano, no por casualidad sobre los paneles anteriormente pintados por Domenichino. Precisamente en Módena (Emilia) pintó los frescos de la cúpula y el ábside de la iglesia de San Biagio, que en la actualidad no son visibles, pues están siendo restaurados. En 1656 Preti llega a Nápoles, donde decora al fresco las puertas de la ciudad con pinturas votivas en acción de gracias por el final de la peste, que se han perdido, aunque se conservan dos grandes bocetos de las mismas en Capodimonte. A causa de la peste habían muerto los principales pintores de la generación anterior, por lo que Preti adoptó una nostálgica evocación de Ribera y Battistello, a la que añadió la monumentalidad de Veronés, cuyas nobles, rubias y resplandecientes formas emergen claramente por encima de los oscuros tonos de los naturalistas (El regreso del hijo pródigo, Nápoles, Museo di Capodimonte, El banquete de Herodes, Ohio, The Toledo Museum of Art, por no citar más que dos de entre los numerosos ejemplos). Los lienzos que decoran el techo de la nave de la iglesia de San Pietro a Maiella (Escenas de la vida de san Celestino y de santa Catalina de Alejandría), documentadas hacia 1657-1659, con su intenso sello luminista, son sin duda la obra maestra de Preti durante su período napolitano. Entre 1660 y 1661 Mattia sustituyó muy dignamente a Mola en la ejecución al fresco de algunas alegorías del Palazzo Pamphilj en Valmontone, en las afueras de Roma. Pero en ese mismo año de 1661 Preti imprime un giro decisivo a su carrera, trasladándose a la isla de Malta, donde residirá las casi cuatro décadas que todavía le quedan por vivir. La empresa más digna de mención de aquel exilio voluntario la acomete precisamente en los primeros años; se trata del ciclo de óleos sobre yeso dedicado a Escenas de la vida del Bautista y a Personajes ilustres de la orden de los caballeros de Malta pintados en la bóveda y el ábside de la catedral de San Juan en La Valletta (1661-1666). En términos eufemísticos, podríamos decir que en Malta Preti generó ríos (en serie) de obras, tan numerosas que no es posible citarlas aquí. En 1672, con ocasión de la muerte de su hermano Gregorio, Mattia regresó brevemente a Taverna. No cabe duda de que también Calabria se benefició en buena medida de los frutos de su egregio hijo. Por lo que respecta a la ciudad de Siena, cuenta con una de las mejores obras de la época madura de Preti, El sermón de san Bernardino, de 1674 (en la actualidad en San Domenico).

R C


Colección Carmen Thyssen. Lleva a la página principal
La Colección
El martirio de san Jenaro
Biografía
Ficha de la obra
Ampliar
Zoom
Audio
<< volver